graysun

Existen criaturas nocturnas cuya inspiración sólo se ve iluminada por la noche. Estos seres buscan la luz bajo el cuerpo celeste más grande en el cielo cuando su musa les comunica el "sin sentido". Se resguardan entre las sombras y se iluminan con el "Sol Gris".

martes, abril 25, 2006

Murphy got me... again

Ayer salí de la oficina y me dirigí a casa de mi madre, quien me prestó ropa para ir a la grabación de un cortometraje. Originalmente, yo iba a pasar a mi casa por ropa, pero, una junta ya no me lo permitió.

En fin, tras un mal cálculo y mucho tiempo perdido, Lonch y yo llegamos a la grabación, hacía un calor de los mil demonios y yo con pantaloncito de vestir, saquito, zapatito de piel, blusita cuca, en fin, disfrazada de mi mamá, pues.

La grabación medio maleta, pero me reí. Salimos del lugar y emprendimos el regreso a nuestras casa abordo del fabuloso metro. Insisto, un calor del demonio.

Por fin, Chilpancingo. Más calor. Subí las escaleras que me llevarían a la superficie terrestre e iba a la mitad de los escalones cuando, de pronto... comenzó. El muchacho que venía delante de mi fue atacado por una diminuta piedrecilla blanca que fue a aterrizar en su cabeza, él volteó a buscar al agresor mientras yo miraba el objeto y vi como otro casi idéntico se le unía en el piso. Alcé la mirada y vi cómo el cielo de la noche se iluminaba con un relámpago y me detuve un segundo. El muchacho, lo hizo también. Ambos estábamos a dos metros de la salida del metro cuando una intensa cortina de hielo y agua que tapaba toda visibilidad se precipitó en nuestras cabezas. Sólo alcancé a ver cómo la gente que pasaba se cubría la cabeza gritando y corriendo. Yo no podía creer lo que pasaba y un segundo rayo me dejó ver un cielo absolutamente invadido por una enorme nata de nubes, así que comencé a caminar. Era eso o esperar a quedarme atrapada ahí por horas, de cualquier forma, ya estaba empapada, la cortina de agua me había dejado el cabello pegado a la cara y la ropa al cuerpo.

"Sólo son cuatro cuadras" pensé, así que apresuré el paso entre los charcos, caminando aprisa, viendo cómo había gente seca o absolutamente mojada, se guardaba bajo los techitos de las tiendas de vestidos de novias que, para esa hora ya están cerradas. Toda la gente con cara de sorpresa. Los que estaban en la parada del metrobus miraban al cielo y a nosotros los anfibios con la boca abierta y una sonrisa de incredulidad.

Al llegar a la esquina de la casa, por supuesto, el aguacero, el granizo y el viento helado... simplemente... se detuvieron.

¿Y ahora cómo le explico a mi mamá lo que le sucedió a su ropa y que eché a perder sus zapatos en menos de 10 minutos?

1 Comments:

At 4:15 a.m., Blogger YO SOY EL QUE YO SOY said...

Eso de los cortos es tan raro. Siempre acabas poniendo tu ropa y después de un tiempo resulta que ya no tienes ropa porque ya todos te la conocen y hasta sale en festivales y entons llegas al cocktail y la gente piensa que estás en personaje pero no, es tu ropa de enseñar.

Ya, tenemos que empezar a trabajar en Hollywood o en producciones decentes donde nos den una tortita y vestuario por lo menos.

 

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