El lado B que no conocía
Pues ya llegué a ese punto.
Sucedió justo lo que pensé que pasaría desde el principio, la ley de Murphy siempre estuvo acechando para caerme en la oportunidad más inoportuna.
Sabía que dejar la oficina me iba a abrir un panorama distinto y muy frágil.
Cuando tenía broncas de horarios, me caían castings, ensayos, proyectos y pruebas a cada rato. Ahora que tengo toda la disponibilidad del mundo, nada.
La depre y la desesperación me acechan. Sólo espero poder moverme más rápido que ellas.
2 Comments:
no, no asechan: acechan. saludos. ¿qué pasó con laura en el reforma, cher?
Sólo deja que tu serotonina caiga hasta el infierno y disfruta la experiencia autodestructiva...
Sogas y navajas virtuales.
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