Tan lejos, tan cerca.

Dibujando en mi memoria un recuerdo a manera de consuelo.
Asimilando tu lejanía haciendo remembranza de tu sonrisa, pensando en si será mejor prescindir de tu compañía.

Llevo grabado en mi recuerdo el eco de tu risa y lo conservo como un presente de la vida.

No estás lejos porque te recuerdo; no estás cerca porque no te tengo. Aún te escucho, pero no te veo.

No trato de olvidarte, en mi mente, siempre serás mi acompañante.

No siempre lo necesario es fácil.

Creí que con el tiempo olvidaría, que con la distancia me acostumbraría.
No es fácil distraerse, no fue fácil alejarse.

Aquí; estando tan lejos de tu tierna mirada, de calor de tu abrazo, del consuelo de mi llanto; me siento perdida, vacía. Te extraño, te veo en cada rincón de la obscura noche, te siento cerca, te sé tan lejos.

A veces, trato de imaginar qué haces en el momento en que lo pienso. Pero sólo logro fantasear que estás sintiendo lo mismo que yo siento.
Esto es sincero y es honesto.

La amistad como el amor vuela por encima de los años; es fuerte como un bárbaro pero sensible como una paloma; extensa como un pergamino pero firme y sencilla como la misma palabra.

No le importa la distancia y el tiempo pues es eternamente joven y es bella.

Mientras exista ese lazo entre tú y yo, una amistad incluso un poco terca, no estaremos lejos, aún cuando no podamos estar cerca.

Discípulos de la noche

Les hablo de un ser diferente, incluso tal vez un poco extraño.

Es audaz pero tímido, sagaz y muy divertido. Finge dureza para ocultar su sensibilidad.
Es terco pero es noble. Su maestra, es la noche.

De día es sigiloso y observador, alegre y soñador, pero sólo la noche logra sacar lo mejor de él, lo que es su valor.

Es visceral pero muy conceptual.
Es amor, pasión, ternura, valor, firmeza.
Es instintivo pero muy inteligente. Reaccionable como animal, apasionado y vulnerable ante el dolor moral.

Oculta su pesar tras una máscara de dureza, hace creer que, en realidad ninguna pena pesa; aunque su dolor crezca, tiende a llevarlo dentro, y para evitar que por las ventanas del alma aflore, las cubre con velos negros, con risas falsas, con amores inciertos. Y aún dice que no importa, que él…”no es de ‘esos’”

Es fuerte e independiente, vive de amor y de lo que siente y sólo importa lo que él en su interior piense.

Es apasionado en lo que vive, orgulloso de lo que siente. Puede ser decidido pero sólo cuando le conviene.

En su sonrisa hay algo inolvidable, en su mirada un extraño mensaje; y para él, un verdadero amigo se vuelve entrañable, es leal y es amable.

Todo esto lo hace inmortal y un peligroso enemigo, pero sólo la noche consigue hacerlo…Vampiro.

Pronto

En unos meses más, tendrás entre tus brazos una nueva esperanza. El producto de un amor tan especial que se convirtió en trascendente.

En unos meses más tendrás entre tus manos la responsabilidad de cuidar y fomentar lo mejor de sus cualidades, de enseñarle a amar sus raíces, su medio y su procedencia.

Desde ahora, el ser que vive en tu vientre, sueña con ver todo lo que escucha, tocar lo que siente, ¡vivir… ¡y no sólo en tu mente.

Desde hoy y para siempre, tendrán un lazo eterno de amor, así que, enséñale a amar. No permitas que el odio rompa su inocencia, su pureza, no dejes que su corazón conozca ese sentimiento.

Enséñale a amar tanto a su padre como a lo que este representa para que el día que lo vea lo respete y lo quiera.

Ayúdale a sacar lo mejor de ti y de su padre que vive en él.

Deja que sea libre y forme su propio criterio. Su carácter. No le impongas nada, que conozca y que aprecie.

No le mientas nunca, lo estarías traicionando; sé su cómplice en el camino al éxito.
Ayúdale a reconocer sus errores pero no se los eches en cara.

Dentro de unos meses, el milagro de la vida te será revelado y puesto en tus manos.
Pronto.

Dentro de poco serás madre. ¿Y sabes qué?... Yo sé que lo harás muy bien.


(Dedicado a la generación Gremlin)

Hablando de amor

Siendo el sentimiento mutuo, la dicha es total. Es un hambre de crecer insaciable, un gran sueño interminable.
Porque al crecer tú, me veo crecer yo; porque al amarme tú, sólo con amor puedo verte yo.

La alegría se vuelve felicidad, tus logros, todo un triunfo. Y, es que, al compartir ese “algo” que sólo tú tienes, se convierte en lo mejor de ti y de lo que eres.

Siendo el sentimiento mutuo no hay barreras y los sentimientos dominan por sobre toda la materia.

Es un ir y venir de energía, es un amar y comprender a la vida; es un logro, una idea. El fluido de energía cuando está a tu lado la razón de tu sonrisa.

Necesidad de compartir un todo, de gozar al máximo de tu vida en su compañía. Amar y sentirse amado.

Ser capaz de crecer y llevar acabo un proyecto de amor. Todo esto y más es posible, sólo cuando el sentimiento es mutuo.

Soy

Soy una fusión de fuerza y sentimiento, la amalgama perfecta de la fuerza.

Soy la protagonista de una bellísima historia, una promesa de superación. Un ser único con una misión única.

Yo… soy un ser lleno de vida, un alma poderosa y positiva.
Sólo yo soy capaz de cometer mis errores y superar mis pruebas.

Soy dignidad, carácter, un vehículo de avance, amor y dureza.

Comprensión duda, audacia e inocencia, conocimiento y curiosidad.

Fuerza y sensibilidad, miedo y valor, timidez y decisión, paz y revuelta. La concatenación de vibraciones eternas.

Soy valor, soy fuerza, una amalgama perfecta de sentimiento y trascendencia.

A donde va el Sol

La muerte, ¿qué es la muerte?
Es dolor, es pérdida, sufrimiento y soledad.
O tal vez no, tal vez es un sueño dulce, un sueño eterno, la libertad absoluta, un nuevo despertar. Algo tan tierno y suave que nadie quiere dejar.

Es un viaje a un lugar lleno de tranquilidad donde nadie sufre y tiene pan.
Nadie llora pues nadie quiere, nadie sufre pues no puede, nadie huye porque no hay a donde ir sin que se vuelva a morir.

Es donde el Sol brilla y el candente brillo de su luz no quema, conforta.
Donde la oscuridad no asusta pues no existe, donde la sombra no huye, es libertad absoluta.
Es ahí donde iré yo el día en que ya no tenga por qué llorar, cuando no tenga por qué sufrir.
Cuando al amar haya sido también amada, cuando al llorar haya sido consolada. Entonces me reuniré contigo y cumpliré mi promesa, cuando haya alcanzado mi meta y haya resuelto mi desconocida misión en la Tierra, entonces yo también me iré a donde va el Sol.

Un paréntesis en los Enfrapos.

Para escuchar lo que pasa dentro de una amiga.
No hay nada mejor que leer esto de mano de alguien que acababa de declararse hace un par de semanas en depresión:


Au: "Voy a tomar todo lo bueno que la vida me depare sea para bien o para mal. Voy a hacer de mi enemigo el tiempo mi mejor amigo; se me va la avida en pensar estupideces cuando lo único que quiero disfrutar es de una puesta del sol, de buena música de convivir con mis amigos y de disfrutar el tiempo que pueda estar sola."

Perdonar es de sabios

Aquel que sufre y perdona es la llave hacia un mundo mejor; aquel que sufre y odia, sufrirá doble y no tendrá descanso, sufrirá odiando y temerá amar.

Pobre de aquél que sufre y olvida pues, para toda la vida será lastimado y vencido. Nunca habrá aprendido de sus duras experiencias.

Ese que sufre, perdona y aprende podrá comenzar de nuevo, llegará a ser grande perdonando, recordando para aprender de sus errores y recapacitando acerca de los demás y de sí mismo.

Perdonar es de sabios, olvidar es de tontos.

Yo te he perdonado y aún te sigo amando. Porque me has enseñado, porque también me has perdonado.

Porque me quieres me enseñas, porque te amo te perdono. Porque me estimas perdonas, porque te adoro aprendo.

Porque me quieres probar me tiras; porque te siento vida, me sigo levantando.

Si... entonces

Si en que cae ya no se levanta y el que se equivoca no corrige. Si el que sufre no perdona, el que se avergüenza no aprende a dar de frente la cara. Si el que llora no sonríe y el que odia no ama…
Entonces por siempre caerá al equivocarse, sufrirá avergonzándose, llorando y odiando.

Si el que se aísla no conoce y el que reprocha no admite, abusa y no pregunta, lastima y no se excusa, miente y no se arrepiente… vivirá y será siempre una vil serpiente que se aísla reprochando abusos, lastimando y mintiendo.
Acusa sin reconocer, objeta sin conocer, critica sin saber, obliga sin pedir, hiere y lo disfruta.

Si algún día conoces a alguien así, no huyas ni le aborrezcas, tiéndele la mano.
Ayúdale a ponerse en pie para que corrija, confíale para que levante la cara pues, de ese modo sonreirá y podrá amar.
Conócele preguntando y él solo se arrepentirá y pedirá ser perdonado.

Lágrimas perdidas

Cuando te sientes perdido reconoces lo que fue felicidad.
Sientes como si el mundo siguiera su curso y tú te has quedado donde mismo.

Como si los días no pasaran y siguiera siendo el mismo. Largo, sí, muy largo, tanto que parece que en un día se te escapara la vida entera.
El tiempo se va, se pierde. Y no sabes si va rápido, si va lento… y aún te sientes perdido.
Desaparece toda sensación excepto esa, la de perdición y para entonces ni siquiera sabes qué o por qué lo perdiste.

¿Quién dice que para llorar se necesitan lágrimas? Yo lloro y no derramo lágrimas, sólo dolor, un dolor que empapa todo mi ser.
Todos pueden notar mi llanto pero nadie puede consolarlo.

Ya no lloro lágrimas, y no es porque tema bañar mi rostro de sal; después de todo, lo prefiero a bañarlo de amargura. Es sólo que… ya no puedo, no puedo derramar más lágrimas.
Creo que también las he perdido.

No sé qué hacer, no sé si mi dolor crece o se reduce.
Y quisiera saber: Si una lágrima salada basta con secarla para que desaparezca y no lastime, ¿Qué se hace con una lágrima perdida?

Volando alto

Abrir los ojos a un mundo nuevo dejando atrás todos tus miedos sin permitir cohibiciones.

Anda, inténtalo, comienza a vivir así, por ti, por todo lo que te rodea. Deja atrás todas las cosas que te atan a la ignorancia.
Permítete volar con alas tan grandes y perfectas que te lleven muy alto y no tapen al Sol.

No te aletargues ante la adversidad y abre los ojos ante la posibilidad de crear algo nuevo, de crear un mundo de ilusión tan real que resulte verdadero.

Vuela, vuela tan alto como te sea posible destruyendo todo obstáculo que se interponga entre tú y tu objetivo de superación; y una vez que hayas alcanzado tu meta, vuelve a tierra e invita a todo el que puedas a volar contigo. Enséñale a sonreír, a vivir, enséñale a disfrutar de un mundo lleno de sabiduría y virtud donde sólo se necesite de las palabras para conseguir la paz.

Vive, siente, vuela, supérate y ama. Ama mucho, enseña y vuela de nuevo.