El luego

El luego es una planta que nace y crece sola.
El luego es una planta larga, muy verde que puede confundirse fácilmente con el resto del follaje y perderse en el olvido para nunca ser encontrada.

Es de un verde seco y es poseedora de unas largas y delgadas hojas puntiagudas, tiene una tersa vellosidad en uno de sus lados y espinas en el centro escondidas.

Se hierve en agua pero se sirve fría, y es amarga, a veces dulce pero siempre espesa.
El luego crece como crece la mala hierba, pero es fácil de quitar de en medio. Basta un solo jalón fuerte y decidido tomándola desde la base para que salga con todo y su corta raíz pues no tiene fundamentos.


El luego es una planta traicionera que aparece aún cuando o la esperas. Se siembra con dudas, se elimina con suspicacia.

El luego envenena, el luego desgasta. El luego también es medicinal cuando se administra en la dosis adecuada y es prescrita por el único doctor adepto.

El luego es una planta que cura y mata, pero sólo con el tiempo.

El cometa

Si pudiera pintar en el cielo un arco iris, seguro tú viajarías en él.

Pintarías estrellas en los océanos y una rosa en mi corazón.

Atravesarías los mares oscuros y harías tuyo lo que hay en el mar.

Tatuarías los montes de anhelos y de estrellas la infinidad.

Sonreirías tanta luz que vencerías el misterio del sentido.

Reirías tan fuerte que el mundo se olvidaría del sonido.

Serías un cometa, te alimentarías de ilusión.

Cantarías flores por docenas para luego pintarlas de color.

Saborearías cada trazo de este cuadro sin sabor.

Serías una fantasía, tu alegría sería la ley.

Si pudiera pintarte un arco iris, seguro serías un rey.

Te fuiste luego.

Fuiste sorpresa, fuiste alegría, fuiste baile, curiosidad, sentimiento, sensibilidad, dulzura, amabilidad, pensamiento, oportunidad.

Fuiste conversación, fuiste asombro, apertura casualidad, coincidencia.

Fuiste amor, confianza, risa, sensación, fuiste presente, fuiste perspectiva, visión, control, fuiste el cielo, el ángel, la experiencia, el guardián, el hijo, el padre, el hermano, el amigo, la pareja.

Fuiste el paño, el año, la duda, la certeza, la oración, las gracias.
La esperanza y hasta el futuro.

De pronto fuiste rezago, el regalo, la duda, el sí, el no, la certeza, la distancia, el regaño, el apoyo, el impulso, los besos, el abrazo.

El bache, la lágrima. El alto, el luego, el cariño, el amigo, el amor, el luego, la comprensión, el luego, el futuro, el luego, el ahora, el luego, el nunca, el luego, el luego, el luego.

Paisaje

Pocas veces se tienen visiones como esa al despertar.
De hecho, fueron muy pocas.

Abrí mis ojos nuevos por la mañana, recuerdo que para entonces había una paz en mi pecho que hasta ese momento me resultaba desconocida.

Frente a mi, aún recostada, yacía una blanca montaña. Estaba totalmente nevada, tenía suaves curvas, partes álgidas y bajas, estaba en paz y tranquila. Tenía poco follaje.

El viento le circulaba discreto como para no despertarle.

De pronto, como sucede al amanecer, el cielo se abrió dejando ver el brillo del sol reflejado por partida doble.

La montaña se movió y crujió suavemente. Pero no era un temblor, sólo se abría a un nuevo día.

Al descubrir que reposaba en un lugar que no era el suyo, se levantó llevando consigo el cielo y una complaciente sonrisa. Frotó un poco su follaje y se revolvió en ella algo que parecía el cabello de un ángel.

Se levantó crujiendo todavía un poco más y se alejó amablemente dejando un noble hueco en mi almohada.

Hoy

Hoy me di cuenta de que nuestro amor es libre, hermoso y casi perfecto.
Que puede gritarse a los cuatro vientos; que puedo tomarte de la mano y levantar la vista al cielo para apreciarlo en su plenitud, o bien, enfrentarme a tu faz y encontrarlo concentrado en el sin fin de tu mirada.

Hoy me di cuenta que prenderme de tu brazo y caminar por las calles de la vida… es hermoso. Que mi orgullo se alimenta de tus virtudes.

Hoy me di cuenta de que nuestro amor es mágico, libre y espontáneo, grande y sorpresivo.
Es un caramelo, es un ave. Un océano inmerso en el cielo.
Es dejar de respirar un segundo para gritar por una eternidad.

Hoy me di cuenta de que si nuestro amor no es perfecto, debe ser porque aún extraño tus presencias en algunas de mis distracciones.

Olvido que es el descanso de tu brazo lo que da soporte a mi hombro.

La existencia de ese lazo indivisible e indescriptible que nos une y nos tiene amarrados sin motivos, no es más que la fuerza de una voluntad divina traducida en tu amor y el mío.

Ángel sin rostro

Érase un ángel sin rostro, un querubín divino con un mensaje de amor.

Un sentimiento contenido en un suspiro, una mirada guardada desde el interior.

El mensaje contenido en una botella que se sumergió en una eterna imagen etérea.

Un ángel sin alas que descendió del cielo envuelto en el deseo de volar llevando un mensaje de amor, una esperanza y una lección.

Un rostro sin ojos, una mirada sin fondo, una súplica sin fundamentos.

El corazón de un inocente que sin saberlo me hizo conciente, reaccionar y abandonar el desvarío de, por un momento, sentirme creativo. De pronto enfrentarme al consentimiento tan frío de abandonarme ante la reacción mundana de borrar con un movimiento y arrebatarme las ganas de correr tras la ilusión de componerte una canción.

Un ángel que voló sin alas, un ángel sin rostro que se convirtió en imagen preciada.

El mensaje de amor inconcluso, la esperanza de un futuro inseguro. la mirada del amor oculto en el rostro más bello.

Un rostro que voló sin dejarme mirarlo a los ojos; sin pronunciar palabra de sus labios. Un corazón que ya no palpita pero deja la resonancia dentro, tan dentro que deja también la sensación de haberme mirado a los ojos, de haberme hablado al oído y haberme besado en los labios.

Un ángel que voló, sin haber andado.

Lobo

Hay un cuerpo de hombre en mi cama, es un cuerpo fuerte, un cuerpo maduro.
Insaciable de prejuicios, atiborrado de una extraña belleza.

Hay un cuerpo de hombre en mi cama, sus pensamientos inundan todo el lugar pero no logro descifrarlos.

Quiero escapar de sus brazos pero no de sus caricias. Tengo curiosidad de perderme en la oscuridad de su cabello y escudriñar más y más adentro hasta encontrarme con su conciencia.

¡Cuánta fuerza en la firmeza de sus movimientos, cuánta frialdad al escuchar mis palabras!

El cuerpo de una niña se ha topado con la verdadera codicia.

La mirada de un ser tan erróneamente perfecto, tan peligrosamente idolatrable. Sus facciones de un animal salvaje y su risa de niño, todo tan irrealmente combinable.

La espontaneidad de un beso en la oscuridad de mis anhelos vueltos realidad, haciendo que mis miedos se encuentren cara a cara con su virilidad tan secretamente admirada, tan ansiosamente deseada.

Misteriosamente se oculta en las sombras de la noche, igual que un lobo asedia a su presa, igual que el cazador ansía poner un festín en su mesa.

La oscuridad se convierte nuevamente en su manto. Se mueve con agilidad en la penumbra, rápido, muy rápido. Tanto, que su misma sombra se asusta huye y no intenta alcanzarlo ni quedarse a su lado.

El miedo y la fascinación me paraliza y no puedo dejar de mirarlo, inútilmente pretendo enfrentarlo pero, ¿a quién engaño?, la verdad no es esa.
Lo cierto es que sólo espero el momento en que me atrape y me escoja como su presa.

Abandono

Tras un día de suerte me doy cuenta de mi soledad.

Una soledad inventada, una soledad no del todo real.

No del todo, porque mientras estoy contigo, tú no estás conmigo y cuando estoy sin ti parece haber compañía en todas partes y sonrisas en los rostros de nuevos amigos.

Me acostumbré a mi soledad contigo al grado que creí extrañarla. Y al quererte, es difícil olvidarla, más aún, aceptarla.

Sin embargo mi soledad contigo fue provechosa, creo que incluso llegué a sentirme dichosa. A sentirme querida, a no sentirme olvidada.

Ahora me doy cuenta de lo que pasa y no debe dejarse seguir lo que fracasa. Necesitar de ti es no depender de mi; y yo pienso en ti, pero aún creo en mi.

Es mejor decir adiós ahora antes de que te conviertas en un vicio antes de que me sienta caer sola en el precipicio.

Antes de que llegue a tener algo que explicar o que tenga que decir “te perdono”, me he dado cuenta de que prefiero estar sola por decisión, a estar sola por abandono.

Corazón de bronce

¿Por qué te pienso?
¿Por qué te extraño?
¿Por qué si no te quiero,
por qué si no te amo?

¿Por qué si no tengo la necesidad de verte,
si no me gusta siquiera hablarte?

Si ni siquiera me importa lo que haces
y no me interesa dónde andes.

¿Por qué si no eres mi primer pensamiento del día;
por qué si no estás en mi mente al transcurrir la noche?

Yo ya no he de querer a nadie,
nunca más y para nadie, ¡nada!
ni siquiera un detalle.

Se acabó eso de escribir poemas,
me fastidié de estar pasando “pruebas”.

Corazón de oro, corazón de bronce,
en mi alma ya no existe posibilidad de toque,
ni de un beso, ni de un sólo roce.

Nunca he sido cursi, no comenzaré ahora,
no empezaré por ti, ¡no más poemas!
Tal vez sonetos… tal vez canciones.

¿Por qué si no te quiero, por qué si no te amo?
Tal vez es que detesto admitirlo,
tal vez es que me lo he estado negando.

¿Será que rehusar mi realidad es rehusarte ...?

De...Para

Acercándome a ti, el corazón agitado y en constante desafío.
La mirada cálida de tus ojos oscuros, cándidos y tan profundos.

Nadie sabe lo que nos depara el destino.
Nadie a ciencia cierta sabe cómo encontrar el camino.

Mi corazón en abrupto desvarío
cuando tu presencia se aproxima mi piel se hace fría,
tu caricia que me haces sentir clandestina,
tu boca tan deseada y tibia.

¿Quién iba a decirnos que después de tantos años acabaríamos aquí?
¿Quién iba a pensar que después de todo sería yo quien te amara a ti?

Nadie como yo para amarte,
nadie como tú para besarme,
nadie con más respeto y pasión podría tocarte.

El amor que es incierto, me abruma con sus sorpresas
pero mataría por conseguir una mirada de esas.

Porque al tenerte en mis brazos y sentirte segura,
la sonrisa que se dibuja en tu rostro en mi provoca la locura,
una felicidad tan grande que se consuma al besarte.

Sólo pierde el miedo, es amor lo que sientes, no dudes, no pienses.

Deja que sea yo quien te lleve, dame el permiso de aquél que te ame.

Riendas

Libre como el correr de los caballos, corriendo a través del tiempo buscando un destino, buscando lograr un recuerdo, corriendo tras una esperanza.

Estás en busca de algo, en busca de una excusa para seguir corriendo.

El encontrar relación entre tu destino y tu futuro te creará tareas, todo tipo de extrañezas pasarán ante tu rostro. Todo tipo de vaguedades empañarán tu pensamiento, todo tipo de dolores abatirán tu corazón.

Existen olores dulces, existen amargos amores.
Dejar de correr tal vez te dé la respuesta y un tiempo para analizar lo que se te presenta.

Tu libertad comienza cuando en realidad estas listo para tomar responsabilidades, de ser prisionero de tus convicciones, de fijar tus metas.

Los caballos al correr no llevan rumbo, necesitan la guía de las riendas. Si quieres llegar a ser un buen jinete, no sólo busques un buen caballo, encuentra la dirección correcta.

Cenizas

La falta de contacto físico no te hace menos humano, sino más vulnerable.
Debes conocer el dolor de una caricia para reconocer el amor en un golpe.
Debes conocer el amor para comprender al odio.
Debes llorar para saber cuando eres feliz.

El roce de un beso, el tacto en una canción. El perfume de la violencia, eso que la hace tan atractiva para el que destruye, tan amable para el que escribe; tan dura para el que ama.

El dolor de un beso, el abrazo en una traición, el amor emergiendo del lodo. Oro bañado en carbón, cenizas sólo cenizas.
Polvo de antaño, antigua reliquia, recuerdo amargo y dulce. Imposible de olvidar ni tratando de intentar un acercamiento.

No debe haber orgullo en el amor, debe haber dignidad en la amistad y comprensión en el dolor.

El beso aplastante de la luna inspiradora, musa traicionera.

Roce de piel con piel, amor que no merece salir, no merece la oportunidad de resurgir. Ya hiciste mucho daño y la desconfianza perpetuada por el pasado sólo permite cenizas, sólo cenizas.

El juez

He llegado a creer en la posibilidad de la existencia de los ángeles pero, ahora recuerdo la otra parte de la teoría cuando veo a los ojos de quien pudiera ser un demonio. Mi demonio.

He encontrado tanto a mi conciencia como a mi demonio. No se conocen entre ellos, no tienen idea pero se mueven en ambientes similares.

Parecen tener ideas iguales y opinan igual con respecto a mi y mis acciones.
He encontrado a mi demonio y a mi conciencia. Mi paz y mi tormento.

He encontrado mis pasiones y mis aversiones en los rostros de mis amigos.

Me he perdido en sus ojos. Parece saber lo que pienso, también que siento, y cuando trato de evitarlo y ser indiferente me confronta, me pregunta por qué niego lo que siento mientras él conoce lo que soy. Conoce mi infierno.

Sé que seré juzgada por unos, y tentada por los otros. Porque saben lo que quiero y pueden, si quieren, vendérmelo; proporcionar a mis necesidades sus satisfactores. Aunque el precio sea muy alto, pues ciertamente es el justo.

Por pagar a unos, no compro a los otros.

Mirando directo a sus ojos me di cuenta de que no había escapatoria, me asusté, me alegré.

Su petición es una orden, exige retomar control y yo, hipnotizada, se lo otorgo sin pensar. Sólo observo como anota la manera de controlar mis pasos, de estar al pendiente de mis actos.

No hay escapatoria, mi verdugo, mi juez y jurado ha regresado. No tardará en llamar mi conciencia, no faltará mucho para que mi demonio venga a ver lo que yo tenga, vendrá a ver a esta presa.

Mis premios y mis condenas en las actitudes que toman conmigo.

Penas y alegrías, abrazos y tristeza, siempre, todo acaba como empieza. De algún modo, siempre tengo la certeza, todo lo que comienza tiene un final igual pero a la inversa.

Si las circunstancias lo traen, ellas mismas se las llevan, pero es mi forma de actuar mientras la que me lleva a ser enjuiciada, premiada o suprimida.

En sus ojos volvía a encontrar mi destino, el deseo de chocar de frente con lo clandestino, y vivir la justicia que toma en sus manos cualquier ser divino.

Sólo como favor

Con el latido de un corazón que busca con ansia el calor de la esperanza en el amor.
La feroz ansiedad de lograr en un poema el desbordamiento de todas mis pasiones y poder explayar mis sentimientos hacia ti.
Con la esperanza de lograr en tu alma una alteración tal que sofoque tus sentidos y excite tu calor con verdadero amor sin la necesidad de buscar en acciones vanas una satisfacción corporal, meramente insustancial.

Toma lo que te pertenece, no busques en espacios vacíos la solución a la soledad de tus caricias.

Descansa en mí, vuelca sobre mi alma aquello que sólo puedo saber yo. Deja que mis oídos acojan tus palabras y que mi boca sea la culpable de tus silencios, que mis brazos sean tu reposo y mi vientre la razón de tu esperanza.

El adormecimiento de mis sentidos por causa de elixires extraños, son la llave a la verdad de mis sentimientos. Sólo deseo tu elixir ahora, sólo tus brazos.

Ven amor, escucha, siente, goza del momento y guarda el recuerdo.
Ama… sólo ama.