¡Ay mamáaaa!
Es increíble el poder que tienen las madres sobre uno.
Pueden y saben cómo hacerte sentir un rey o una basura.
Su mayor logro y su peor fracaso.
Toda mamá en el mundo, como primera pregunta en cuanto te ve, no importa qué hora del día sea es: "¿ya comiste?"Y lo cierto es que no lo pueden evitar, lo primero que supieron de nosotros es que nos tenían que alimentar y cambiar. Y, como lo segundo no es un tema común, no te pueden preguntar, ¿ya fuiste al baño?, ¿te limpiaste bien? porque no sería políticamente correcto en público (pero seguro se les ha ocurrido).
Como sea, las mamás siempre preguntan si comiste, tengan o no la intención de hacer algo al respecto, es como un acto reflejo. Por mi parte, mi madre se ha quejado toda la vida de mi forma de comer. Cuando era niña, porque comía muy poco y estaba muy flaca; en la adolescencia: "¡¿Pero dónde te cabe tanto si estás tan culiseca?!"
Y ahora: "¡N'ombre! si has de estar tragando como naufrago ¿verdad? pobre Carlos, porque no creo ni por un minuto que tú seas la que cocina. Mira la panza que traes. Esa no la tenía yo ni cuando estaba embarazada de ti.
¿¿GORDA YOOOO?? Soy de lo más flaco que he visto.
Mamá: "Toma, te traje un regalito muy bonito. Te va a gustar mucho, ¡y te lo pones eh! está en esta cajita."
Yo.- ¡¿Un ABGymnic?!Mamáaaa
Mamá: Para que ya no te preocupes, verás cómo se te quita esa panzota. Tiene radio y todo para que te lo dejes mucho rato. Sólo te lo pones amarrado en la cintura. No tienes que hacer nada. Póntelo mientras estás ahí acostada.
Yo.- Mamá. El que no esté en la oficina no quiere decir que estoy acostada. Estoy trabajando y hago ejercicio todos los días.
Mamá: Sí, sí. Como sea. Ya no te preocupes te dejo para que sigas comiendo y al ratito te lo pones para que veas como funciona eh. Besito, byeeee.
Yo.- (Parada a media calle) ... (con un aparato de ejercicio electrónico en la mano)... (perpleja viendo como se aleja el coche de mi mamá quien me sacó de mi casa sólo para esto) ¡Me vas a volver bulímica!
Pero creo que eso también lo tenía previsto pues, hace a penas dos semanas, me regaló unas pastillas antidepresivas.